Desayuno con estudiantes: El fascismo del tripartito.
foto: El Público
El ventanal me muestra un día de primavera fantástico. Me siento con mi café a dejar pasar el rato y la televisión me mete la mala leche en mi desayuno. Los Mossos de Esquadra se afanan a una paliza de las buenas con cincuenta estudiantes desalojados de la Universidad de Barcelona. Los detalles de las imágenes son evidentes:
-Estudiante que gesticula y se le acercan dos policias, uno le da una patada a la mochila que tiene en la mano, cuando le cae al suelo y se agacha el otro le da un golpe de porra en la espalda.
– Estudiante ensangrentado increpa a los policias por la detención de un compañero y recibe un empujón que lo dobla, cuando se pone de pie aparece otra porra a su espalda y lo acaba de doblar.
-Una muchacha que a lo largo de la grabación ha estado sosteniendo un cartel es empujada varias veces por los sabuesos de Saura. Cuando se agacha a recoger sus cosas le cae una patada a ella y otra a sus cosas, esta rodeada por cuatro mastodontes. Se levanta y sigue increpándoles.
Podríamos seguir, pero simplemente recordar que la policia ha intervenido para acabar con la protesta en nombre de los derechos de los estudiantes y profesores conformes con Bolonia y de una “mayoría ciudadana” que quiere la “normalidad”. Da pena ver como los profesores apoltronados de la Universidad, verdadero cáncer del sistema educativo e innovativo que casi nadie denuncia, muchos de los cuales llegaron donde están licenciandose a base de “aprobados generales políticos” jalean ahora que los nuevos grises azulados (dirigidos por un tal Saura) entren a hostias en el que han convertido en su santuario democrático. Tal vez algunos merecerían que les enseñaran la calle desde un ventanal abierto o que les pintaran de rojo el busto de sus dioses, como ellos apoyaron en los setenta, por una causa nada universitaria por cierto: el proceso de Burgos en el cual se pedía el fusilamiento de presos de ETA.
Pero aquí nadie se acuerda de su pasado porque parece que madurar se confunde con olvidar y volver la vida al punto contrario del que se venía. Y yo no maduro, ni a tiros, ni a porras y he soltado mi tostada, casi emocionado y me he puesto de pie jaleando a esa muchacha rolliza que tenía algo más que mala leche y pronto, tenía convicciones y no se arrodillaba. Arrodillarse es algo que muchos de izquierdas practican a menudo y luego, al ponerse de pie, enjuagan el semen del poder y la demagogia que les colma la boca con visas y prebendas. Salud hermanos, en la segunda guerra mundial, en el frente de Rumania muchos soldados solo tenían su propio semen para alimentarse durante días. Aquellos eran sobrevivientes y los vividores del tripartito catalán son sobrecomisionados.
No sé si Joan Saura correría hace unos años delante de los grises….sin comentarios!
Se me ocurre un apodo tolkeniano que le va al dedillo a nuestro “conseller d’interior”: SAURON EL GRIS.