Quedamos en el bar de siempre. Viste con su impecabilidad de siempre. Hay que decir que nuestra voz ronca es fantasiosa y pedante, pero está comprobado que sus conversaciones y comentarios suelen ser reales. Se mueve en un entorno cristiano que le contacta ampliamente más que con partidos con personajes. Hacia largo tiempo que no coincidíamos y me suelta unas cuantas:
Pepiño Blanco me decía: «Ayúdame a dinamitar la calle Nicaragua (sede del PSC) con la Chacón y la loca dentro, son insoportables». Claro que Pepiño es otro igual que ellos. Mi interlocutor me cuenta que Jordi Sumarroca, el del vino y el de la construcción, detenido recientemente por el caso Pujol, es uno entre treinta donantes potentes. Pero solo se le ha detenido a él para de paso escarmentar a algunos a quienes más adelante apretaran los huevos y permitir que otros eliminen pruebas.
Le pregunto por el directivo del Barça Carles Vilarubí y su esposa la super presidenta de Coca-Cola Iberian Partners: Sol Daurella, espejo de mujeres empresarias catalanas. Me dice que la UDEF ha encontrado muchas cosas en casa de Vilarubí y menos en la de su esposo. Me apostilla que «están tocados» y que en casa del ex vicepresidente del Barça Jaume Ferrer también entraron pero poca cosa. Vamos por el segundo vino y el ronco sonríe. Me asegura que él y sus amiguetes: el economista de la chaqueta Titanlux y un tal Joan Laporta están convencidos que Bartomeu i Rosell saldrán superimputados y habrá que adelantar elecciones en el Barça. Ahí están ellos cual buitres culés.
La noche ya ha caído y me asegura que la Guardia Civil ya hace años que junto con la UDEF, lo tiene «todo» de todos, que esto era un pacto y que Pujol lo rompió, pero que los Pujol siguen amenazando a los de Madrid con dos cosas simples: los dossieres de qué ha hecho la familia real en Barcelona, desde hace 15 años, y que Pujol vive escribiendo seis horas diarias las que dice serán las memorias de verdad. Nos vamos y me asegura para el próximo encuentro me contará como su hermano ha colocado a líderes de la CUP en la UB. Y me asegura que el periodista Jaume Reixach del querido El Triangle va con escolta, le amenazan hace años desde la parte alta de la ciudad.